Su nacimiento despertó la curiosidad de la profesión médica. Por primera vez en la historia de la República Democrática del Congo, nació en Kinshasa un bebé de apenas 500 gramos. Nacida el 27 de octubre de 2023 en el hospital de Monkole, en la comuna de Mont-Ngafula, El Elohe Prodige -así se llama- salió de la maternidad ayer, miércoles 10 de enero, con un peso de 1,600 kg, según informa Yves Kalikat.

Para el equipo médico del hospital de Monkole, es una hazaña, incluso un milagro, haber podido salvar la vida de esta niña tras 75 días de cuidados intensivos y delicados. También fue motivo de alivio y satisfacción para sus padres, Fiston Mulamba y Oricia Hulungu, que intensificaron sus oraciones por la supervivencia de su primogénita, tras dos años de matrimonio.
La Dra. Gisèle Kazadi, pediatra neonatóloga de Monkole, estaba visiblemente emocionada mientras la prensa cubría el acontecimiento. Ella estuvo en el centro del parto y de los cuidados de esta niña, la primera en pesar menos de 600 gramos.

Para el equipo médico del hospital de Monkole, es una hazaña, incluso un milagro, haber podido salvar la vida de esta niña tras 75 días de cuidados intensivos.

“Es un gran paso adelante saber que ahora podemos atender a niños que nacen con tan poco peso”, afirma la Dra. Gisèle Kazadi. No hay que olvidar que desde la Fundación Amigos de Monkole apoyamos el Proyecto de Neonatología y contamos con una importante colaboración de la Fundación Ordesa y Fundación Ibercaja.
Preguntada por el motivo de este nacimiento tan prematuro, la neonatóloga pediatra de Monkole cree que este niño de 27 a 28 semanas (unos 6 o 7 meses) nació como consecuencia de “una rotura prematura de membranas”.
¿Esperaba un parto prematuro? ¿Cómo se tomó la noticia? Oricia Hulungu, madre de El Elohe Prodige, explica: “Para mí era la primera vez que oía que un recién nacido podía pesar 500 gramos. Había oído hablar de bebés de un kilo. Pero cuando me dijeron que mi hijo pesaba 500 gramos, no fue fácil de digerir”. “Por eso”, continúa, “pregunté al médico si mi hijo iba a sobrevivir. La Dra. Gisèle no dejaba de tranquilizarme: ‘¡Cada 24 horas que pasaban era una victoria para nosotros!
Ansioso por salvar la vida de la niña, el equipo de Gisèle Kazadi se movilizó durante 75 días para garantizar que el bebé y sus padres fueran atendidos de la forma más segura posible, prestando una atención meticulosa a las normas de higiene, explica Marie-Deborah Odia, enfermera neonatal que cuidaba del bebé a diario.
Teníamos que estar doblemente atentas”, dice, “cortarnos las uñas con regularidad y lavarnos las manos cada vez que teníamos que atender al bebé, siguiendo las instrucciones de la Dra. Kazadi”.

“Es una victoria congoleña y un motivo de orgullo, sobre todo porque la atención médica la presta íntegramente personal congoleño”, dijo el director del hospital Monkole.

Eder Mbi-Masiala, Director General del Hospital de Monkole, reconoció que este éxito era un logro colectivo. “Es una victoria congoleña y un motivo de orgullo, sobre todo porque la atención médica la presta íntegramente personal congoleño”, dijo, señalando que hace dos años Monkole también recibió a un bebé de 630 gramos que, tras los cuidados médicos, salió de la maternidad pesando 1.700 kg.

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