48 horas en Monkole
Comenzamos nuestra aventura con grandes incógnitas. Muchas veces leemos y vemos cosas sobre el día a día en Kinshasa, pero nada más aterrizar en el aeropuerto nos dimos cuenta de que todo aquello que nos habían contado era inimaginable.
El primer día en la capital de la República Democrática del Congo fue una lluvia de sensaciones. A primera hora fuimos a un orfanato en Kimbondo, donde vivían 800 niños con diferentes problemas. Todo comenzó con una misa en Lingala, de la cual no entendimos casi nada, pero descubrimos los sentimientos que corren entre los cientos de niños y personas que acudieron a misa. A continuación, fuimos a la zona de guardería donde nos esperaba la avalancha de niños que se nos echaron encima con ganas de recibir cariño, abrazos y caricias. Fue el momento en el que descubrimos el valor de la felicidad, tan impresionante que aprovechamos para tomar unas instantáneas intentando así capturar la alegría que desprendían los niños.