La Fundación Amigos de Monkole celebró el pasado lunes, en la sede de la Clínica Universidad de Navarra en Madrid, las II Jornadas de Voluntariado Médico en África, un encuentro organizado con motivo del Día de África para visibilizar el impacto de la cooperación médica y compartir experiencias sobre el terreno.
La sesión comenzó con una emotiva conferencia inaugural a cargo de Juan Bautista Sanz Gadea, que rindió homenaje a su padre, el Dr. Joaquín Sanz Gadea, cirujano español que desarrolló gran parte de su vida profesional en la República Democrática del Congo. A través de recuerdos personales y testimonios de quienes le conocieron, Juan Bautista relató la profunda huella que dejó su padre en las comunidades donde trabajó, destacando su entrega y su capacidad para formar equipos en contextos marcados por la escasez de medios. Uno de los momentos más emotivos de la conferencia fue la lectura de una carta del Dr. Sanz Gadea a sus hermanos que preocupados le pedían con insistencia que regresara a España:
“Tengo que quedarme por dos razones, como médico y como hombre. Aquí hacen falta médicos, y como hombre mi presencia puede ser la salvación de muchas gente: de mis monjitas, de los pacientes de mi hospital, de muchos blancos de diferentes nacionalidades, y de la población, que sé que muchos me necesita. No puedo permitirme volver, cuando les hago falta, a otros que están en peligro.”
La jornada continuó con una mesa redonda moderada por Almudena Yebra, técnica de sensibilización de la Fundación Amigos de Monkole. Participaron en ella cuatro ponentes con una amplia trayectoria en cooperación sanitaria: el Dr. Luis Chiva, director del Departamento de Ginecología y Obstetricia de la Clínica Universidad de Navarra; la Dra. María Teresa Martínez Iturriaga, directora médica y jefa del Servicio de Cirugía Maxilofacial del Hospital San Rafael; el Dr. Arturo García Pavía, cirujano general y digestivo del Hospital Universitario Puerta de Hierro; y Mercedes Gutiérrez Martí, matrona y supervisora general de la Clínica Universidad de Navarra.

El Dr. Luis Chiva, impulsor del Proyecto Elikia, explicó cómo esta iniciativa ha permitido atender a más de 4.000 mujeres en Kinshasa para la detección precoz del cáncer de cuello de útero, principal causa de muerte oncológica entre mujeres en el país.
“El cáncer de cérvix se puede prevenir. Solo hace falta vinagre, un teléfono móvil y formación. Lo importante es que cada mujer pueda acceder a un sistema de cribado sencillo y eficaz.”
El doctor también animó a los jóvenes a implicarse en proyectos con impacto real:
“No vais a hacer turismo. Vais a darlo todo. Pero si lo hacéis dentro de un proyecto bien diseñado, tendrá impacto en vosotros y en los demás.”

La Dra. María Teresa Martínez Iturriaga, con más de una década de experiencia en campañas quirúrgicas en África, compartió su visión sobre la importancia del equipo y la preparación emocional para afrontar la realidad sanitaria en el continente:
“En África se opera patología XXL, y eso exige experiencia profesional y cohesión del equipo. Pero también humildad, porque muchas veces aprendemos más de lo que aportamos.”
También puso en valor el papel de las congregaciones religiosas:
“Nosotros nos vamos, pero ellos permanecen. Conviven con la malaria, con la escasez… y son un ejemplo de resistencia y esperanza.”

El Dr. Arturo García Pavía relató su trabajo en Camerún y su labor actual en Kinshasa, destacando los desafíos logísticos, pero también reflexionando sobre la fuerza transformadora del voluntariado:
“Es evidente que en nuestro mundo está totalmente desbalanceado encontramos profundas injusticias. Pero son cambiables, no son inerentes al mundo, no estuvieran puestas ahí desde el principio, sino que se han ido construyendo desde muchos aspectos, pero debemos ser conscientes de que también se pueden revertir desde el activismo social y también desde el voluntariado. ”

Por su parte, Mercedes Gutiérrez Martí, que lidera un programa de formación de matronas congoleñas, destacó la importancia del voluntariado sanitario que se pone en marcha desde España en cuestiones como la humanización del paciente y un desarrollo de la profesión más consciente:
“En África se vive con tanto dolor, que a veces no se elaboran los duelos. Nuestra misión también es sembrar una mirada compasiva y humanizadora.”
Y añadió:
“Dar visibilidad a lo que hacemos no es buscar protagonismo, sino mostrar que es posible para animar a otros a hacer lo mismo. Que la cooperación sanitaria tiene un rostro real, y puede transformar vidas.”

Las II Jornadas de Voluntariado Médico en África sirvieron como espacio de encuentro, reflexión e inspiración, mostrando que la medicina, cuando se pone al servicio de los más vulnerables, se convierte en una poderosa herramienta de justicia, fraternidad y esperanza.
Desde la Fundación Amigos de Monkole queremos expresar nuestro más sincero agradecimiento a la Clínica Universidad de Navarra por la cesión del espacio, así como a todos los ponentes y participantes de la mesa redonda así como a los asistentes por su compromiso, generosidad y voluntad de seguir construyendo un mundo mejor desde el acceso a la sanidad y la formación.
