Angie es una joven ingeniera que se afincó en Vallecas (Madrid) con su familia (Leo -su marido-, y sus hijos: Gabriel, Jesús y Lucía) en marzo de 2020, huyendo de Venezuela. Es decir, llegaron, casualmente, en los prolegómenos del confinamiento más estricto que hubo en España, por la pandemia del COVID-19. Por lo que los comienzos no fueron fáciles, ya que, si su andadura fuera de su casa estaba siendo muy precaria, por los pocos medios con los que contaban, y buscando todo tipo de ayudas, además se juntaba con grandes limitaciones fruto de la epidemia.

Pero ahí no acababan las dificultades. Si ya era complicada, la situación se enmarañó más, cuando en abril de 2020 llamó a la puerta de Angie una enfermedad muy agresiva: ELA. La diagnosticaron en el Hospital Gregorio Marañón, Esclerosis Lateral Amiotrófica.

Fue un golpe muy duro para toda la familia y los amigos, pero en ese momento se empezó a mostrar, claramente, que Angie era muy especial. Ya que sus convicciones y su fe la hicieron brillar. Su confianza en Dios la hizo llevar con muchísima fortaleza y dignidad su dolencia. Esto llenó a su familia de paz, y ante un posible desánimo, fue todo lo contrario para los suyos. Vamos que nos mostró que, como dice Marian Rojas en su libro “Cómo hacer que te pasen cosas buenas”, la felicidad no es lo que nos pasa, sino como lo interpretamos lo que nos pasa. Y ella fue capaz de ser feliz y hacer felices a los suyos.

Pero aquí no acaba esta historia. Ya que como dice la psiquiatra: “Si sabes lo que deseas, lo que anhelas, tu mente te mostrará el camino de forma más nítida”. Y así fue como Angie, conoció a sus amigos españoles. En diciembre de ese año participó en una cena navideña con su familia, organizada por la parroquia de San Raimundo de Peñafort (Entrevías). Allí conoció a los “Javieres”, a las “Marisas”, a Juan Ramón, a Enrique,… Eran los voluntarios que prepararon la cena y surgió en ese momento lo que con el tiempo fue un gran grupo de amigos para la familia de Angie.

Al conocer la vida de Leo y Angie e hijos, sus nuevos amigos, decidieron organizarse para ayudar a esta familia venezolana. Hicieron una lista de la compra tipo, para hacer turnos y distribuirse por familias. Para ir con frecuencia, con lo necesario, a visitar a esta familia amiga.  En esos encuentros entrañables, en los que los visitantes terminaban edificados y los visitados encantados, todos ganaban. Esto se prolongó en el tiempo y se propagó entre más familias amigas de las familias amigas de Angie. De tal manera que la ayuda era continua, sin suponer un desgaste especial en ninguna familia, ya que eran muchas las implicadas. La ayuda no acabo ahí, ya que consiguieron trabajo para Leo, sofás para la vivienda,… Ayudas de todo tipo.

Las visitas de familias amigas continuaron y en septiembre de 2021 nació la idea del Proyecto Angie, ya que fue ella la que inspiró este proyecto. Pensamos ¿y si ayudamos a más familias como Angie, de la misma manera; haciendo una pequeña compra en familia, llevándola a la casa que sea necesaria y llevando ese calor de familia que Angie nos enseñó? Y así fue como volvimos a San Raimundo de Peñafort, donde Juanjo, el párroco, nos “prestó” otra segunda familia para ser ayudada. Después Pablo, en San Emilio (La Elipa), nos facilitó más familias para ser ayudadas. Seguidamente, Jesús nos presentó a madres embarazadas con pocos recursos. Santi y María nos pidieron ayuda con una familia ucraniana que había acogido… Y a la vez, fuimos creciendo en familias voluntarias.

¿Quién nos ayudó a coordinar y ordenar esta enmarañada trama solidaria? La fundación Amigos de Monkole. Fue providencial su aparición en escena. Porque, además de la ayuda económica discreta prestada por cada familia, esta ONG empezó a facilitar más financiación. Todo este proceso era coordinado por Marisa y Toñi, que hicieron un gran esfuerzo para que en esos primeros meses saliera adelante la ayuda para todas estas familias, con la ayuda de las familias voluntarias.

Hoy en día contamos con más de 15 familias que prestan ayuda a unas 10 familias con necesidades variadas. En este momento en el que nos encontramos nuestra idea es crecer poco a poco. Crecer en número de familias que ayudan, en función del número de familias que necesitan ayuda.

Tu ayuda puede ser doble.

1. Facilitando 10€ al mes por familia, para financiar la compra entre varias familias y la ayuda de la Fundación Amigos de Monkole. Las personas o entidades que quieran realizar estas donaciones a la Fundación Amigos de Monkole, pueden hacerlo de dos formas: Por Bizum a 03997 o a través de la cuenta corriente: ES72 0075 0224 3006 0636 0706. (La Fundación Amigos de Monkole es una entidad sin fines lucrativos acogida al régimen fiscal de la ley 49/02, de régimen fiscal de las Entidades sin Fines Lucrativos y de los Incentivos Fiscales al Mecenazgo e inscrita en el Registro de Fundaciones de competencia estatal por Resolución de 06/06/2018, siendo el número de registro asignado el 2059. Para obtener el certificado hay que enviar a donativos@fundacionamigosdemonkole.org el nombre completo y NIF del donante, y la ciudad de residencia)

2. Por otro lado, y la principal ayuda, “adoptando” a una familia. Es decir, acercándote con tu familia y tus amigos una vez al mes a hacer la compra con el dinero previsto, fruto a las donaciones y ayuda que recibe Monkole, y llevando esa compra a su casa. Y manteniendo el trato con ellos.

No, la ayuda consiste en “apadrinar” a la familia ayudada. La idea es intentar charlar cada vez que se lleva la compra, para generar vínculo. De tal manera que poco a poco vaya surgiendo la amistad, y en cierto modo se “adopte” a la familia. De tal manera que como un padre o una madre se preocupa por su hijo, se vaya afinando más en la ayuda a esa familia. Hasta llegar a los pequeños detalles de cosas que puedan necesitar.

Con Marisa Lara 650549767 y con Toñi Sáez 686053738. Son las coordinadoras del proyecto y las que te pueden orientar en tu tarea.

Participando en un breve curso de formación de voluntarios. El próximo será el sábado 8 de octubre de 2022