Monkole, un encuentro con las caricias de Dios entre los más pobres

Han pasado ya un par de semanas desde que mis compañeros y yo aterrizamos en Madrid, después de haber pasado un mes entero trabajando en Kinshasa, capital de la República Democrática del Congo, colaborando con el Hospital Monkole y la fundación Amigos de Monkole que lo apoya desde España. No sé qué me deparará la vida ni cuáles serán los planes de Dios para mí, pero sí sé que este viaje se quedará conmigo para siempre. Todos nos hemos traído de vuelta una mochila llena de experiencias, emociones y aprendizajes que nuestro corazón no olvidará jamás.

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