379 operaciones de cataratas en el Hospital Monkole

Según la OMS, en el mundo hay al menos 2.200 millones de personas con deterioro de la visión cercana o distante.

En el Hospital Monkole hemos desarrollado recientemente una gran campaña de cataratas. Se ha logrado operar a 379 pacientes con difícil acceso a este tipo de intervención. Esto ha sido posible gracias al gran apoyo de la Fundación Elena Barraquer y su equipo de voluntarios/as, además de Fundación La Colomba en RD del Congo y la Fundación NAMA en España. Desde Amigos de Monkole también estamos colaborando con este bonito proyecto. El proyecto continuará en Semana Santa de 2024, incrementando el equipo de la Fundación Elena Barraquer para llegar a operar a más de 650 personas.

Las cataratas en los ojos es una afección que se produce en el cristalino, la lente natural en el interior del ojo, que permite enfocar los objetos próximos y lejanos. El cristalino de manera natural y debido al envejecimiento, se vuelve opaco y pierde su transparencia. Las imágenes se ven nubladas y, a medida que progresa, perdemos agudeza visual.

Según la OMS, en el mundo hay al menos 2.200 millones de personas con deterioro de la visión cercana o distante. En al menos 1.000 millones de esos casos, es decir, casi la mitad, la discapacidad visual podría haberse evitado o todavía no se ha tratado.

Entre estos 1.000 millones de personas, las principales afecciones que causan el deterioro de la visión distante o la ceguera son las cataratas (94 millones), los errores de refracción (88,4 millones), la degeneración macular relacionada con la edad (8 millones), el glaucoma (7,7 millones) y la retinopatía diabética (3,9 millones). La afección principal que causa el deterioro de la visión cercana es la presbicia (826 millones).

En cuanto a las diferencias regionales, se estima que la prevalencia de una discapacidad visual que afecta a la visión distante es cuatro veces mayor en las regiones de ingreso bajo y mediano que en las de ingreso alto. En lo que respecta a la visión cercana, se estima que las tasas de casos de deterioro de la visión cercana sin tratar son superiores al 80% en el África subsahariana occidental, oriental y central, mientras que las tasas comparativas en las regiones de ingreso alto de América del Norte, Australasia, Europa Occidental y Asia y el Pacífico son inferiores al 10%.

Se prevé que el crecimiento y el envejecimiento de la población aumenten el riesgo de que la discapacidad visual afecte a más personas.

Según la OMS, en el mundo hay al menos 2.200 millones de personas con deterioro de la visión cercana o distante.

Según la OMS, en el mundo hay al menos 2.200 millones de personas con deterioro de la visión cercana o distante.

Como explica la Fundación Elena Barraquer en su web, la cirugía de las cataratas es en la actualidad un proceso rápido e indoloro, altamente efectivo y con escasos riesgos. La operación de cataratas consiste en extraer el contenido del cristalino opacificado mediante ultrasonidos y reemplazarlo por una lente intraocular personalizada en cada caso. Permite recuperar una visión normal e incluso mejor que la que se había tenido en mucho tiempo.

En las cataratas incipientes se pueden tomar medidas paliativas como el uso de gafas de sol para evitar el deslumbramiento o graduadas si se ha producido un cambio en la refracción. Pero el tratamiento definitivo de las cataratas sigue siendo el quirúrgico. A pesar del considerable esfuerzo de investigación en este campo no existe ningún tratamiento farmacológico que prevenga o cure de forma efectiva las cataratas relacionadas con la edad.

El 15,3% de los ciegos a nivel mundial están en África, donde la gran falta de oftalmólogos dificulta el tratamiento y una buena salud ocular.

Imagen cedida por África Mundi.

El pequeño gran milagro de Dieumerci

Y ahí llegó nuestra sorpresa. El niño, de solo 7 años de edad, presentaba (como se ve en la foto) una gravísima eventración. Técnicamente es conocido como el ‘onfalocele’, un defecto de nacimiento en la pared abdominal (área del estómago) en el que los intestinos, el hígado u otros órganos del bebé salen del abdomen a través del ombligo. La madre de Dieumerci, con un bebé recién nacido en brazos, nos suplicaba ayuda ya que no tenía medios para ir al hospital. Les acompañamos hasta el centro de salud de Moluka, donde en el momento le atendieron una enfermera y una médico que se volcaron con el caso. Gracias a los donantes de la Fundación de Amigos de Monkole, la atención del niño va a poder ser financiada en el hospital materno infantil Monkole, en Kinshasa. Esperamos poder ver pronto al niño, ya operado y recuperado, en nuestra próxima visita.

El pasado mes de agosto nos ocurrió algo inesperado. Un grupo de voluntarios bajamos al centro de salud de Moluka (una de las antenas del hospital Monkole). Atravesamos un poblado para llegar y nos fuimos dando cuenta de la pobreza del lugar mientras todas las personas a las que nos cruzábamos nos saludaban y sonreían. Nada más llegar nos pusimos a jugar con los niños y uno nos llamó especialmente la atención por lo bien que se lo estaba pasando corriendo detrás de una rueda.

Poco después nos quedamos hablando con unas mujeres que se estaban haciendo trenzas y, tras un rato de conversación, les comentamos que algunas éramos estudiantes de Medicina. Al escucharnos, una de las mujeres nos pidió por favor que esperásemos y empezó a llamar a su hijo (Dieumerci, que significa “gracias a Dios”), que casualmente era el niño al que habíamos visto jugando con la rueda. El niño no quería acercarse, pero la madre acabó trayéndolo a rastras y le levantó la camiseta.

Poco después nos quedamos hablando con unas mujeres que se estaban haciendo trenzas y, tras un rato de conversación, les comentamos que algunas éramos estudiantes de Medicina. Al escucharnos, una de las mujeres nos pidió por favor que esperásemos y empezó a llamar a su hijo (Dieumerci, que significa “gracias a Dios”), que casualmente era el niño al que habíamos visto jugando con la rueda. El niño no quería acercarse, pero la madre acabó trayéndolo a rastras y le levantó la camiseta.

Y ahí llegó nuestra sorpresa. El niño, de solo 7 años de edad, presentaba (como se ve en la foto) una gravísima eventración. Técnicamente es conocido como el ‘onfalocele’, un defecto de nacimiento en la pared abdominal (área del estómago) en el que los intestinos, el hígado u otros órganos del bebé salen del abdomen a través del ombligo. La madre de Dieumerci, con un bebé recién nacido en brazos, nos suplicaba ayuda ya que no tenía medios para ir al hospital. Les acompañamos hasta el centro de salud de Moluka, donde en el momento le atendieron una enfermera y una médico que se volcaron con el caso. Gracias a los donantes de la Fundación de Amigos de Monkole, la atención del niño va a poder ser financiada en el hospital materno infantil Monkole, en Kinshasa. Esperamos poder ver pronto al niño, ya operado y recuperado, en nuestra próxima visita.

La realidad es que cada vez son más los casos de niños congoleños que no encontramos con enfermedades de todo tipo. Muchos de ellos acaban falleciendo en sus casas o en la calle por la falta de medios económicos para un tratamiento médico adecuado. Podéis ayudar a más niños como Diemerceu mediante el envío de un donativo al Bizum 03997 o a través de nuestro Nº de Cuenta: ES5200492694182414484666