¡Nuevo viaje solidario a Monkole con voluntarios!

“Nunca habíamos visto una eventración tan grave; la madre con un bebé recién nacido en brazos nos suplicaba ayuda ya que no tenía medios para ir al hospital. Les acompañamos hasta el centro de salud de Moluka, donde en el momento le atendieron una enfermera y una médico que se volcaron con el caso”. Gracias a la Fundación de Amigos de Monkole la atención del niño va a poder ser financiada en el hospital de Monkole, aquí en Kinshasa. El niño se llama Dieumerci, “Dios gracias”. Hoy, un día más tarde, hemos visto llegar a toda la familia al hospital, se le han hecho todas las pruebas y la operación se ha programado para la semana que viene.

Un verano más hemos viajado durante el mes de agosto al centro hospitalario materno infantil Monkole, en Kinshasa (R.D. del Congo) para visitar e impulsar nuestros 11 proyectos solidarios. Esta vez hemos ido 10 voluntarios con el presidente de la fundación, Enrique Barrio. La experiencia está siendo impresionante, una vez más. Ya hemos visitado el Proyecto de Nutrición Infantil en Kimwenza, el orfanato Mama Koko (con más de 800 niños y niñas huérfanos), las tres antenas sanitarias del hospital Monkole, etc. También hemos podido visitar los proyectos de salud dental y revisión ocular, entre otros. En el mes de julio, estuvieron varios voluntarios (médicos y enfermeras) junto al doctor Luis Chiva para impulsar el Proyecto Elikia (podéis ver la información en la noticia anterior a ésta).

Un verano más hemos viajado durante el mes de agosto al centro hospitalario materno infantil Monkole, en Kinshasa (R.D. del Congo) para visitar e impulsar nuestros 11 proyectos solidarios. Esta vez hemos ido 10 voluntarios con el presidente de la fundación, Enrique Barrio. La experiencia está siendo impresionante, una vez más. Ya hemos visitado el Proyecto de Nutrición Infantil en Kimwenza, el orfanato Mama Koko (con más de 800 niños y niñas huérfanos), las tres antenas sanitarias del hospital Monkole, etc. También hemos podido visitar los proyectos de salud dental y revisión ocular, entre otros. En el mes de julio, estuvieron varios voluntarios (médicos y enfermeras) junto al doctor Luis Chiva para impulsar el Proyecto Elikia (podéis ver la información en la noticia anterior a ésta).
Según nos cuenta Marta, una de nuestras voluntarias, “el primer día en Kinshasa, bajamos al centro de salud de Moluka atravesando el poblado para llegar, nos fuimos dando cuenta de la pobreza del lugar mientras todas las personas a las que nos cruzábamos nos saludaban y sonreían, una vez que llegamos nos pusimos a jugar con los niños y uno nos llamo la atención por lo bien que se lo estaba pasando corriendo detrás de una rueda”.
Según nos cuenta Marta, una de nuestras voluntarias, “el primer día en Kinshasa, bajamos al centro de salud de Moluka atravesando el poblado para llegar, nos fuimos dando cuenta de la pobreza del lugar mientras todas las personas a las que nos cruzábamos nos saludaban y sonreían, una vez que llegamos nos pusimos a jugar con los niños y uno nos llamo la atención por lo bien que se lo estaba pasando corriendo detrás de una rueda”.

En unos de los poblados nos encontramos a un niño gravemente enfermo. Su madre nos pidió ayuda y finalmente será operado en Monkole próximamente.

Y prosigue. “Un poco más adelante nos quedamos hablando con unas mujeres que se estaban haciendo trenzas y tras un rato de conversación les comentamos que éramos estudiantes de Medicina. Una de las mujeres al oír esto nos rogó que esperásemos y empezó a llamar a su hijo, que casualmente era el niño al que acabamos de ver jugando con una rueda. El niño, vergonzoso, no quería acercarse, pero la madre acabo trayéndolo a rastras y le levantó la camiseta”.
Y prosigue. “Un poco más adelante nos quedamos hablando con unas mujeres que se estaban haciendo trenzas y tras un rato de conversación les comentamos que éramos estudiantes de Medicina. Una de las mujeres al oír esto nos rogó que esperásemos y empezó a llamar a su hijo, que casualmente era el niño al que acabamos de ver jugando con una rueda. El niño, vergonzoso, no quería acercarse, pero la madre acabo trayéndolo a rastras y le levantó la camiseta”.
“Nunca habíamos visto una eventración tan grave; la madre con un bebé recién nacido en brazos nos suplicaba ayuda ya que no tenía medios para ir al hospital. Les acompañamos hasta el centro de salud de Moluka, donde en el momento le atendieron una enfermera y una médico que se volcaron con el caso”. Gracias a la Fundación de Amigos de Monkole la atención del niño va a poder ser financiada en el hospital de Monkole, aquí en Kinshasa.
El niño se llama Dieumerci, “Dios gracias”.  Hoy, un día más tarde, hemos visto llegar a toda la familia al hospital, se le han hecho todas las pruebas y la operación se ha programado para la semana que viene.
“Nunca habíamos visto una eventración tan grave; la madre con un bebé recién nacido en brazos nos suplicaba ayuda ya que no tenía medios para ir al hospital. Les acompañamos hasta el centro de salud de Moluka, donde en el momento le atendieron una enfermera y una médico que se volcaron con el caso”. Gracias a la Fundación de Amigos de Monkole la atención del niño va a poder ser financiada en el hospital de Monkole, aquí en Kinshasa. El niño se llama Dieumerci, “Dios gracias”. Hoy, un día más tarde, hemos visto llegar a toda la familia al hospital, se le han hecho todas las pruebas y la operación se ha programado para la semana que viene.

En el macro orfanato Mama Koko estuvimos con decenas de niños y niños, muchos de ellos con discapacidades severas, pero que transmitían una alegría impresionante.

Y llegó el gran día de visitar el orfanato Mama Koko. Otro voluntario nos cuenta su experiencia. “A las 8.30 horas pusimos rumbo al orfanato más grande de África, Mama Koko, que acoge y cuida a más de 800 niños. Al llegar nos recibió el padre Hugo, sacerdote chileno, cofundador del orfanato. Fue asombroso ver la ilusión de los niños al vernos, especialmente la de Julio, un niño de 11 años sin brazos pero con una sonrisa de oreja a oreja”.
“Fuimos invitados a su misa de domingo: más de 2 horas preciosas de celebración, con increíbles cánticos y bailes, en la que participaban niños de todas las edades y que pudimos disfrutar con los más pequeños en nuestros regazos. Al terminar la misa fuimos visitando las instalaciones del lugar, los pabellones en los que, separados por edades, los pequeños conviven”.
Y llegó el gran día de visitar el orfanato Mama Koko. Otro voluntario nos cuenta su experiencia. “A las 8.30 horas pusimos rumbo al orfanato más grande de África, Mama Koko, que acoge y cuida a más de 800 niños. Al llegar nos recibió el padre Hugo, sacerdote chileno, cofundador del orfanato. Fue asombroso ver la ilusión de los niños al vernos, especialmente la de Julio, un niño de 11 años sin brazos pero con una sonrisa de oreja a oreja”. “Fuimos invitados a su misa de domingo: más de 2 horas preciosas de celebración, con increíbles cánticos y bailes, en la que participaban niños de todas las edades y que pudimos disfrutar con los más pequeños en nuestros regazos. Al terminar la misa fuimos visitando las instalaciones del lugar, los pabellones en los que, separados por edades, los pequeños conviven”.
Y continúa. “Todos se nos acercaban en busca del afecto del que tanto carecen, nos pasamos horas jugando con ellos, dándoles abrazos y haciéndoles reír. Su alegría y ganas de vivir nos cautivaron enormemente, haciéndonos reflexionar sobre lo realmente importante. Conocimos a cientos de niños con discapacidades, en algunos casos muy severas. Fue especialmente impactante ver a niños con parálisis físico-psíquicas, síndromes de progenie y otras condiciones sistémicas incapacitantes. Es impresionante ver cómo a pesar de todo siguen sonriendo plenamente, recordándonos que la felicidad y la alegría son el camino”.
Y continúa. “Todos se nos acercaban en busca del afecto del que tanto carecen, nos pasamos horas jugando con ellos, dándoles abrazos y haciéndoles reír. Su alegría y ganas de vivir nos cautivaron enormemente, haciéndonos reflexionar sobre lo realmente importante. Conocimos a cientos de niños con discapacidades, en algunos casos muy severas. Fue especialmente impactante ver a niños con parálisis físico-psíquicas, síndromes de progenie y otras condiciones sistémicas incapacitantes. Es impresionante ver cómo a pesar de todo siguen sonriendo plenamente, recordándonos que la felicidad y la alegría son el camino”.
En este viaje nos hemos marcado como objetivo curar a 10 niños con raquitismo en el hospital Monkole, lo que supone conseguir donativos por valor de 5.000 euros. Podéis colaborar en este link: https://www.migranodearena.org/reto/correccion-del-raquitismo-de-10-ninos-en-monkole
Muchas gracias a todos. ¡Volveremos!

Objetivo de Elikia: Revisar a 30.000 mujeres

Tras dos semanas muy intensas, ya han regresado a España el Dr. Luis Chiva (Clínica Universidad de Navarra) con un grupo de voluntarios (médicos, enfermeras, etc). Nos cuentan que “volvemos agotados, pero con la sensación de haber sido útiles a las mujeres congoleñas”.

Tras dos semanas muy intensas, ya han regresado a España el Dr. Luis Chiva (Clínica Universidad de Navarra) con un grupo de voluntarios (médicos, enfermeras, etc). Nos cuentan que “volvemos agotados, pero con la sensación de haber sido útiles a las mujeres congoleñas”.

Tras dos semanas muy intensas, ya han regresado a España el Dr. Luis Chiva (Clínica Universidad de Navarra) con un grupo de voluntarios (médicos, enfermeras, etc). Nos cuentan que “volvemos agotados, pero con la sensación de haber sido útiles a las mujeres congoleñas”.

“por primera vez en Monkole, hemos detectado in situ el virus de papiloma humano mediante dos técnicas diferentes, en el laboratorio de Monkole.  Hemos comparado una técnica asequible, de 7 dólares de coste, que ha mostrado unos resultados bastante parecidos a la mejor técnica de PCR, que es mucho más cara, implanteable en una economía como la de Congo”.

Esta expedición culmina ocho viajes en 7 años para instaurar el cribado de cáncer de cérvix en el área Mont-Ngafula, donde se asienta el hospital Monkole.

“Hemos hecho muchas biopsias y múltiples tratamientos de las lesiones descubiertas, con termoablación. Ahora toca ordenar ese material, que servirá para múltiples estudios y publicaciones, incluyendo una tesis doctoral”, comentan.Esta expedición culmina ocho viajes en 7 años para instaurar el cribado de cáncer de cérvix en el área Mont-Ngafula, donde se asienta el hospital Monkole.

“Hemos hecho muchas biopsias y múltiples tratamientos de las lesiones descubiertas, con termoablación. Ahora toca ordenar ese material, que servirá para múltiples estudios y publicaciones, incluyendo una tesis doctoral”, comentan.Esta expedición culmina ocho viajes en 7 años para instaurar el cribado de cáncer de cérvix en el área Mont-Ngafula, donde se asienta el hospital Monkole.

Ha llegado el momento de pasar el testigo al equipo local en Kinshasa. Para este año que viene nos hemos puesto el objetivo de revisar a 10.000 mujeres, para acabar llegando a 30.000 mujeres en 3-5 años . Las mujeres pagarán el cribado al menos parcialmente, pero es posible que sigamos necesitando tu ayuda.
“En cuanto consigamos esos resultados, nos encantaría reportar al gobierno local  que un cribado sostenible que salva vidas es posible en Congo”, explican.

Queremos agradecerte tu ayuda. Si quieres seguir colaborando puedes hacernos llegar tu ayuda a través de la Fundación Amigos de Monkole. Número de bizum: 03997. También puede hacerse transferencia bancaria, a la cuenta ES52 0049 2694 1824 1448 4666. En ambos casos, haz constar en concepto “Elikia 2023”, y facilita tus datos (nombre, DNI) a la Fundación, en el mail donativos@fundacionamigosdemonkole.org para que preparen el correspondiente certificado para la campaña de Renta del próximo año. De nuevo, a todos, muchísimas gracias de corazón.